sábado, 19 de septiembre de 2009

COMPRENDER LA GRAN VERDAD




Me encaminé a la santa morada

Donde tuve la dicha de un monje venerable me diese la bienvenida.

Penetré con hondura en los principios de la razón sublime

E hice trizas las preocupaciones terrenas.

El religioso y yo nos unimos en un mismo pensamiento;

Agotamos todo lo que la palabra puede expresar y permanecimos en silencio.

Contemplé las flores inmóviles como nosotros;

Escuché a los pájaros suspendidos en el vacío y comprendí la gran verdad.

Sung Chih-Wen



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